El piloto grancanario Alberto Monzón no tiene nada claro su futuro deportivo por lo complicado que se ha puesto poder conseguir el presupuesto necesario para poder competir en la Rally Cup a los mandos de su Peugeot 208 Rally4.
Por eso se tomará la cita de casa, el Rally Villa de Santa Brígida, como si fuera la última prueba que corriera…
Alberto Monzón
En ocasiones los astros se alinean de tal forma que cuando la ilusión está perdida casi del todo y el futuro no pinta muy bien, un golpe de suerte desencadena una serie de acontecimientos que, por resumirlo mucho, hará que podamos estar en la rampa de salida de la 39 edición del Rallye Villa de Santa Brígida con el número 7 en las puertas.
La otra gran noticia es que volveré a tener a la derecha a mi fiel escudero Aday Suárez; leal, competitivo y díscolo a partes iguales, pero con quien la conexión dentro del coche de carreras va más allá de lo terrenal. Hemos librado mil batallas juntos y no necesitamos ni hablar en los tramos de enlace para saber perfectamente lo que está pensando cada uno. Voy a disfrutar con él de este pequeño paréntesis que desde la llegada al mundo del pequeño Simón para formar esa bonita familia junto a Nashla, hemos tenido que hacer en nuestra unión deportiva. ¡Va por ti, Simón!
Este rallye tan especial para nosotros nos debe más de una, la última en 2021 cuando en el segundo tramo un problema mecánico nos hizo perder medio minuto y con ello todas las opciones de luchar por la categoría en un duelo que hubiera sido épico con Oliver Nieves-Javier Alonso, pero no pudo ser.
En esta ocasión la lucha creo que va a ser igual o más bonita, ya que vamos a poder competir a coches iguales con Samuel Marrero-Víctor Déniz y Aníbal Machín-Taydía Santana. El duelo con Samu y Ñete es más especial porque hemos crecido juntos picándonos con las bicis, las motos y todo lo habido y por haber, así que hay mucho más en juego que una simple carrera, y eso me motiva muchísimo.
Otra cosa que me hace especial ilusión es salir justo detrás de toda una institución de las carreras en Canarias, respetado y admirado aquí y más allá de nuestras fronteras; José Mari Ponce junto a mi buen amigo Carlos Larrodé. Poder seguir compitiendo contra uno de mis héroes de la infancia es un honor y un orgullo.
Una carrera más tendré la seguridad y tranquilidad de estar en manos de Chano, Adri y todo el equipazo de Las Torres Automoción. Ellos siempre ponen todo de su parte para que nada falle, ahora nos toca a nosotros devolvérselo en cada metro de asfalto.
Cierto es que llevo cinco meses sin montarme en el coche y que los 5 kilómetros de tramo de enlace desde la salida al primer tramo del sábado será lo poco que pueda tantear, ya que todo ha salido a última hora, pero no hay excusas. Siento exactamente la misma ansiedad en el estómago que sentí antes de mi primer Rallye de Santa Brígida hace 23 años con mi amigo del alma Pedro, con el que me es imposible no emocionarme sólo de nombrarlo.
Sé que voy a dormir poco de aquí al sábado porque necesito ya sentir la presión de dar el máximo y disfrutar como si fuera la última carrera, porque además es una posibilidad bastante real en este momento. La presión es máxima ahora mismo, pero es ese tipo de presión que ya he vivido muchas otras veces y que me gusta de verdad.
Este sueño sigue vivo gracias a unas personas excepcionales que decidieron apoyar a este loco que se resiste a despertar y ¡ellos lo siguen permitiendo!
-Maderas El Pino
-Ferreterías Guanarteme
-Makita
-Pastelería Panadería La Madera
-Recuperaciones Fumero
-Marlaska Artes Gráficas
-Las Torres Automoción
A todos ellos, gracias infinitas por permitirme seguir sintiéndome vivo de verdad…
