De cuando Medardo Pérez ganó la XX Subida del Mirador de Güímar

Rescatamos el escrito de Antonio de León, uno de los más destacados historiadores del automovilismo canario, donde habla de Medardo Pérez.
Medardo Pérez, un palmero de Garafía, donde vivió allí hasta los 8 años, afincado posteriormente en Gran Canaria, decidió asistir a la XX Subida del Mirador de Güímar (Tenerife, 1992), prueba que organizó la Comisión Deportiva de la Federación Tinerfeña de Automovilismo sobre un trazado de 4,6 km (tercera variante).
Veinte ediciones disputadas en la rampa sureña hasta entonces (las organizadas entre 1971-1992) merecía su presencia sobre el blanco e inmaculado Lancia 037 Rally.
Una invitación que Medardo aceptó complacido para gozo y disfrute de sus incondicionales forofos.
Con anterioridad, pese a estar incluida oficialmente en el calendario anual de la FRAT, la cuesta de Güímar fue suspendida en dos ocasiones en aquel período deportivo.
En 1972, por la intransigencia ideológica de cierto gobernador civil obsesionado por la crisis energética mundial derivada del conflicto bélico entre árabes y judíos, y en 1974, contra pronóstico, ante la remodelación de la carretera municipal (nuevo asfaltado y perfil técnico corregido) que imposibilitaría su celebración -como era tradicional- en las fiestas patronales de la localidad.
En la imagen de José Manuel Nuez, jaleado por sus correligionarios, Medardo Pérez se abstuvo de castigar al coche salvo lo necesario: jornada agobiante por el intenso calor y nula oposición técnica.
Se imponía en los entrenamientos (2’52»88) y en las dos carreras oficiales de clasificación (2’50»19 y 2’49»12).
El norteño Manuel Mesa (Ford Sierra Cosworth RS) se clasificaba 2º de la General (3’03»17; 2’54»65 y 2’53»12) y presidía el escalafón del Grupo N.

 

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