
Estas matrices pesan varias toneladas, con lo que para moverlas se emplean puentes grúas. Durante el proceso de fabricación de las piezas, puede ser necesario llegar a trasladar un juego de matrices y cambiarlo por otras varias veces al día. Por una cuestión de economía del espacio, la ubicación y el almacenamiento de las matrices -cuyo tamaño es bastante grande- cambia constantemente; es una especie de puzle de precisión, en el que hay que buscar el lugar óptimo para dejarlas en cada momento.
Para ello, los equipos suelen seguir las indicaciones escritas manualmente en una pizarra. Cuando la matriz se mueve y se coloca en su nueva posición, lo que se había anotado en la pizarra se borra, por lo que no hay manera de registrar la localización actual de la matriz, y el operario suele perder mucho tiempo buscando la pieza. En la planta de Almussafes se cambian alrededor de 30 matrices al día para producción, y unas 50 matrices distintas son también movidas de su sitio para tareas de mantenimiento. La búsqueda de estos materiales puede llegar a suponer horas desperdiciadas, que a su vez pueden llegar a acarrear retrasos en la producción con la consiguiente consecuencia de impacto en la fabricación del vehículo.
Se trata de un sistema de geolocalización capaz de saber la posición de las matrices. Con tan solo un servidor, una red de wifi, varios dispositivos móviles, y una serie de códigos QR colocados en cada una de las matrices, esta solución tecnológica es capaz de geolocalizar con una exactitud de +/- 5 metros. Las matrices o elementos que se quieran localizar con facilidad han de llevar a cabo una placa con un código QR. Al almacenarlos en la planta, los operarios tan solo han de registrar en uno de los dispositivos móviles que se les ha facilitado el sitio exacto donde la dejan -para lo cual tan solo han de leer el código QR-. Esta información queda registrada en el servidor; cuando un operario quiera volver a localizar esa matriz, tan solo deberá solicitar este dato a través del móvil, y este le recordará dónde ha sido almacenada.
“Sin duda, este es un ejemplo de innovación real industrial, donde ya no se trata de tener una idea o solución concreta, sino que se intenta tenerla ya bajo coste para que la inversión se justifique con el beneficio industrial. Para ello, debemos ser cada vez más y más creativos, lo que lleva siempre a estar en la ‘ola’ de la investigación ”, comenta el Dr. Eduardo García Magraner, gerente de Ingenierías de la planta de Carrocerías y Prensas.
La planta de Almussafes ha sido la primera de Europa y quizás de todo el mundo en emplear este innovador ya la vez sencillo sistema, que se exportará al resto de factorías, y que supondrá el ahorro de cientos de miles de euros, así como se asegura la continuidad de la producción, evitando indeseados parones y retrasos.
